28.6.09

Qie rica pastillita fuerte.


¿A dónde estás? No te puedo hablar. Mi compañera dueña de mi voluntad, mi mal de ojo, mi mentira, mi verdad, mi centro forward. Mirá que ando regulando medio mal, y en Caballito no se gana nada más. Y mis amigos se perdieron en el bar, y en mi memoria. Princesita paraguaya, yo no quiero que te vayas lejos de mí. Caminatas orientales, mis tormentas cerebrales, más quiero escuchar de tu inocencia que estoy buscando al fondo de mí. Mirá que mal que no nos quedó tiempo para más y despertar, fue como despedirte a tiempo, a algún lugar de mi locura te quiero llevar, estoy hablando bastante preciosa. Se puso mal y nos fuimos corriendo del bar, volvió a gritar, me dijo que era un delincuente, quiso llorar, después que me invitó a fumar, quise probar sus cumbias mortales. Si la buscás no te preocupás, si es infinita esta tristeza o es banal, si es inventada esta locura o es mortal. O es mi cabeza. Yo siempre busco la manera de volar, yo siempre sueño con la idea de escapar, y estoy tratando de mí tanto no hablar, y es imposible. Fuimos a comprar la muerte para vivir más ausentes, no aprendimos a respirar, pero un día aprendiste y ahí nomás te despediste, ahora, solo a lidiar con esta tristeza. Me está partiendo al medio, princesa. Mirá qué mal, qué triste desenlace mortal qué perdurar, qué rica pastillita fuerte qué voluntad, lo poco de tu humanidad, estás salvándome todos los días. Qué rebelión lo que hace chico a este corazón, qué maldición, me estoy quedando un poco solo, igual deja, voy persiguiendo mi verdad. Es el principio de todo, princesa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario